Para saber cuáles son los mejores comestibles tenemos que
estudiar el plan original de Dios para la alimentación del hombre. El que creó
al hombre y comprende sus necesidades indicó a Adán cuál era su alimento. “Os
doy toda planta que da semilla, que está sobre la tierra, y todo árbol que
lleva fruto y da semilla. Eso será vuestro alimento.” (Génesis 1:29.) Dios es
tan ciertamente el autor de las leyes físicas como lo es de la ley moral. Su
ley está Escrita con su propio dedo sobre cada nervio, cada músculo y cada
facultad que ha sido confiada al hombre.
Los cereales, las frutas carnosas, los
frutos oleaginosos, las legumbres y las hortalizas constituyen el alimento
escogido para nosotros por el Creador. Preparados del modo más sencillo y
natural posible, son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una
fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un
régimen alimenticio más complejo y estimulante.
Una alimentación sana y balanceada requiere del consumo de
alimentos sencillos, frescos y variados que cumplan con todos los
requerimientos para una buena nutrición. La fruta especialmente es recomendada
como un agente de salud. Un régimen alimenticio sencillo pero abundante y
variado de frutas es la mejor alimentación. Las frutas son por así decirlo el
motor de la digestión, pues al consumirlas en forma natural, aceleran los
movimientos digestivos dado su alto contenido de fibra, vitaminas A, B, C,
potasio, hierro, etc. Las frutas deben consumirse preferiblemente a la hora del
desayuno y de la cena en la cantidad que desee, no mezclando frutas dulces con
frutas ácidas. Recuerde:
ü Frutas
como la patilla debe comerse inmediatamente se abra, pues al contacto con el
aire se oxida y es tóxica.
ü Las frutas ácidas no deben consumirse
con sal, pues matan los glóbulos rojos y podrían producir anemia aguda.
Las verduras deben consumirse en cantidades suficientes a la
hora del almuerzo en forma de ensaladas crudas, vegetales al vapor, germinados,
etc. Los vegetales verdes y amarillos son una rica fuente de vitaminas y
minerales. Debemos consumir diariamente de 3 a 4 porciones de vegetales.
Las oleaginosas (nueces, avellanas, almendras, maní, coco,
etc.) y sus derivados van sustituyendo en gran medida a la carne. Con ellas
pueden combinarse cereales, frutas y germinados, para constituir alimentos
sanos y nutritivos; pero hay que tener cuidado de no incluir una proporción
demasiado elevada de oleaginosas.
Los cereales tales como el trigo, arroz, millo, cebada,
avena, sorgo, maíz, centeno, son ricos en vitaminas, minerales, aminoácidos y
fibra, pero deben consumirse en forma integral, completos. Tienen muchas formas
de prepararlos, arepas, tortas, waffles, sopas, etc.
Es un error suponer que la fuerza muscular depende de
consumir productos provenientes de animales, pues sin él las necesidades del
organismo pueden satisfacerse mejor y es posible gozar de mejor salud. Los
cereales, las frutas, las oleaginosas y las verduras contienen todas las
propiedades nutritivas para producir buena sangre, preparados en una forma sencilla,
sin especias ni grasas de ninguna clase, constituyen, el régimen más saludable.
No olvide que la cena debe ser liviana, para que usted pueda descansar y tener un sueño relajado, profundo y tranquilo.
åLas horas de las comidas deben ser
tranquilas.
åLa alimentación sin carne es la
mejor. Para que haya buena asimilación, debe haber buena masticación. Asegúrese
de no llevar más alimento a su boca, antes de haber pasado el anterior.
å No consuma líquidos con las comidas,
pues éste lavará la saliva, hará difícil la digestión y reducirá las fuerzas
para digerir el alimento.
åComa a horas precisas, teniendo en
cuenta que la comida más abundante debe ser el desayuno, pues es el momento en
que el organismo ha descansado durante más tiempo.
å Después de tomar algún alimento
(desayuno o almuerzo), deben pasar por lo menos 5 horas para que sea digerido,
en éste lapso de tiempo, no coma nada, en vez de eso, tome abundante agua.
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