martes, 4 de septiembre de 2012

Serie ADELANTE: Esperanza en Dios



Este es el remedio por excelencia, el más importante, es el principio. Dios es quien ha provisto los otros 7 remedios naturales gratuitos, por eso nos llama y anima a que confiemos en Él, obedeciendo las leyes que ha establecido en nuestro cuerpo. La verdadera recuperación física empieza con una limpieza de nuestros pensamientos y sentimientos. Todas las acciones buenas o malas que afectan nuestra salud se originan en nuestra mente. Si continuamos deseando comidas pocas o nada saludables y practicamos otros hábitos malsanos correremos el riesgo de enfermarnos.

¿Cómo tener esperanza y confianza en Dios? Por medio de la fe “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11: 1), podemos estar seguros, creer que lo hará porque lo ha prometido.

El primer y más importante paso: Venga a Cristo tal como está. Acéptelo como su Salvador personal. “Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar.” (S. Mateo 11:28.) Es su única esperanza. Ha cometido errores, ha sido arrastrado por la tentación. Pero puede recurrir a la sangre de Cristo para presentar a Dios, los méritos del Salvador crucificado y resucitado como propios. De ese modo, mediante la ofrenda de sí mismo hecha por Cristo, el inocente en lugar del culpable, se remueven todos los obstáculos y el amor perdonador de Dios puede fluir en ricos raudales de misericordia en favor del hombre caído. Venga a Él y pídale perdón por sus pecados del pasado, recuerde “al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4: 17), incluso por los malos hábitos que destruyen su salud.

¿Cómo lo hago? Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo. No es que se necesite esto para que Dios sepa lo que somos, sino a fin de capacitarnos para recibirlo. La oración no baja a Dios hasta nosotros, antes bien nos eleva a Él. Dice Jesús: “Todo cuanto pidiereis en la oración, creed que lo recibisteis ya; y lo tendréis” (S. Marcos 11: 24.) Hay una condición en esta promesa: que pidamos conforme a la voluntad de Dios. Pero es la voluntad de Dios limpiarnos de pecado, hacernos hijos suyos y ponernos en actitud de vivir una vida santa. De modo que podemos pedir a Dios estas bendiciones, creer que las recibimos y agradecerle por haberlas recibido. Diga: “Lo creo; así es, no porque lo sienta, sino porque Dios lo ha prometido.”

Segundo: Establezca una vida de estudio de la Santa Biblia y de las enseñanzas del Señor Jesús. ¡Si desea conocer al Salvador, estudie las Santas Escrituras! Dice Jesús: “Ellas son las que dan testimonio de mí” (S. Juan 5: 39).

Tercero: Desarrolle el hábito de pasar tiempo con Dios en oración como lo hace con un buen amigo. Permita que Él conozca sus preocupaciones, luchas y gozos. Al hacerlo, aprenderá a amarlo, a esperar y a confiar más en Él.

Cuarto: Comparta la vida de Cristo y las ocho reglas de oro para la salud con otros. Al compartir estas preciosas verdades y principios con otros ellos recibirán una gran bendición y usted se sentirá satisfecho.


Y finalmente: Nunca se dé por vencido. Toda victoria obtenida sobre las prácticas que destruyen su salud, sumará años de calidad a su vida y gran felicidad.
Conságrese a Dios todas las mañanas; haga de esto su primer trabajo. Sea su oración: “Tómame ¡oh Señor! Como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti”
Ahora bien, ya que se ha consagrado a Jesús, no vuelva atrás, no se separe de Él, mas todos los días diga: “Soy de Cristo; pertenezco a él”

Serie ADELANTE: Temperancia


Nuestra salud física es conservada por lo que comemos; si nuestros apetitos no están bajo el control de una mente activa y sana, si no somos temperantes en todo lo que comemos y bebemos, no estaremos en un estado mental y físico sano.

La temperancia es una adherencia a todo lo que promueve la salud y la eliminación de todo lo dañino. Todo hábito malsano producirá una condición malsana en el sistema, y la delicada maquinaria humana resultará perjudicada, y no podrá realizar su trabajo debidamente. La complacencia del apetito es la mayor causa de la debilidad física y mental, es el cimiento del decaimiento que se nota por todas partes. La manera de alimentarse tiene mucho que ver con la disposición a obrar indebidamente “al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4: 17). Muchos están tan entregados a la exceso que no quieren renunciar a la complacencia de su glotonería a ningún precio. Son capaces de sacrificar la salud y morir prematuramente, antes que poner un límite a su intemperante apetito.
i Licor: Se están usando hoy día más bebidas embriagantes que en ninguna época anterior. Cuando voluntariamente se complace el apetito por la bebida embriagante, el hombre lleva a sus labios el trago que rebaja a aquel que fue hecho a la imagen de Dios a un nivel inferior al de las bestias. Nueve de cada diez personas que son llevadas a la cárcel, están relacionados con el licor.
i Triple veneno: Una lata de gaseosa contiene de 8 a 10 cucharaditas de azúcar refinada, lo cual reduce al 50% la habilidad de las células blancas para defender el cuerpo contra la enfermedad. Las gaseosas tipo “cola” son más peligrosas aún, contienen la tercera parte de la cafeína que hay en una taza de café. Los niños inocentemente consumen varias botellas o latas de esas bebidas diariamente y por lo tanto ingieren mucha más cafeína que la que tiene una taza de café. El estímulo que recibimos siempre del café es producido por la cafeína y también por el contenido de azúcar. El peligro es que se ha encontrado que la cafeína causa úlceras en los animales y en algunos seres humanos. El ácido carbónico en las gaseosas, lo que la hace efervescente, es definitivamente dañino para los ojos y puede empeorar la miopía.
i Trabajo: Es malo trabajar con exceso, pero los resultados de la flojera son más temibles. La ociosidad conduce a la práctica de hábitos corrompidos y degradados. Puede descansar del esfuerzo físico sin quedar en ociosidad, haciendo una lectura edificante, entre otras. La intemperancia en el comer postra más efectivamente las energías vitales que la intemperancia en el trabajo.
i Comida Chatarra: Usted estará pensando en los perros calientes, hamburguesas, papas fritas a la francesa, etc., pero las salchichas, mortadelas, yogurts, leches “saborizadas”, las comidas “fácil de preparar”, entre otras también clasifican entre las comidas chatarra. Tanto las comidas chatarra como las “comidas rápidas” cuestan, pero los resultados de haberlas comido cuestan mucho más: indigestión, dolores de cabeza, resfriados, hemorroides, etc. No se deje engañar, en el proceso de “fortificación” y añadidura de “vitaminas y minerales” inorgánicos no es más que eliminar las propiedades naturales de los alimentos, para agregar químicos, aditivos y conservantes que hacen daño a su salud.

Mientras centenares han quebrantado su constitución por exceso de trabajo solamente, la inactividad, el comer en exceso, y la ociosidad considerada de buen tono han sembrado las semillas de enfermedad en el organismo de millares que se apresuran a una ruina rápida y segura. Dios se ha comprometido a conservar la maquinaria humana marchando en forma saludable, si el agente humano quiere obedecer las leyes de Dios y cooperar con Él, para vivir con ¡salud abundante!

Serie ADELANTE: Nutrición


Para saber cuáles son los mejores comestibles tenemos que estudiar el plan original de Dios para la alimentación del hombre. El que creó al hombre y comprende sus necesidades indicó a Adán cuál era su alimento. “Os doy toda planta que da semilla, que está sobre la tierra, y todo árbol que lleva fruto y da semilla. Eso será vuestro alimento.” (Génesis 1:29.) Dios es tan ciertamente el autor de las leyes físicas como lo es de la ley moral. Su ley está Escrita con su propio dedo sobre cada nervio, cada músculo y cada facultad que ha sido confiada al hombre. 

Los cereales, las frutas carnosas, los frutos oleaginosos, las legumbres y las hortalizas constituyen el alimento escogido para nosotros por el Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante.

Una alimentación sana y balanceada requiere del consumo de alimentos sencillos, frescos y variados que cumplan con todos los requerimientos para una buena nutrición. La fruta especialmente es recomendada como un agente de salud. Un régimen alimenticio sencillo pero abundante y variado de frutas es la mejor alimentación. Las frutas son por así decirlo el motor de la digestión, pues al consumirlas en forma natural, aceleran los movimientos digestivos dado su alto contenido de fibra, vitaminas A, B, C, potasio, hierro, etc. Las frutas deben consumirse preferiblemente a la hora del desayuno y de la cena en la cantidad que desee, no mezclando frutas dulces con frutas ácidas. Recuerde:
ü No es saludable consumir frutas ácidas con lácteos, ésta mezcla es tóxica.
ü Frutas como la patilla debe comerse inmediatamente se abra, pues al contacto con el aire se oxida y es tóxica.
ü Las frutas ácidas no deben consumirse con sal, pues matan los glóbulos rojos y podrían producir anemia aguda.

Las verduras deben consumirse en cantidades suficientes a la hora del almuerzo en forma de ensaladas crudas, vegetales al vapor, germinados, etc. Los vegetales verdes y amarillos son una rica fuente de vitaminas y minerales. Debemos consumir diariamente de 3 a 4 porciones de vegetales.

Las oleaginosas (nueces, avellanas, almendras, maní, coco, etc.) y sus derivados van sustituyendo en gran medida a la carne. Con ellas pueden combinarse cereales, frutas y germinados, para constituir alimentos sanos y nutritivos; pero hay que tener cuidado de no incluir una proporción demasiado elevada de oleaginosas.
Los cereales tales como el trigo, arroz, millo, cebada, avena, sorgo, maíz, centeno, son ricos en vitaminas, minerales, aminoácidos y fibra, pero deben consumirse en forma integral, completos. Tienen muchas formas de prepararlos, arepas, tortas, waffles, sopas, etc.

Es un error suponer que la fuerza muscular depende de consumir productos provenientes de animales, pues sin él las necesidades del organismo pueden satisfacerse mejor y es posible gozar de mejor salud. Los cereales, las frutas, las oleaginosas y las verduras contienen todas las propiedades nutritivas para producir buena sangre, preparados en una forma sencilla, sin especias ni grasas de ninguna clase, constituyen, el régimen más saludable.



 No olvide que la cena debe ser liviana, para que usted pueda descansar y tener un sueño relajado, profundo y tranquilo.
åLas horas de las comidas deben ser tranquilas.
åLa alimentación sin carne es la mejor. Para que haya buena asimilación, debe haber buena masticación. Asegúrese de no llevar más alimento a su boca, antes de haber pasado el anterior.
å No consuma líquidos con las comidas, pues éste lavará la saliva, hará difícil la digestión y reducirá las fuerzas para digerir el alimento.
åComa a horas precisas, teniendo en cuenta que la comida más abundante debe ser el desayuno, pues es el momento en que el organismo ha descansado durante más tiempo.
å Después de tomar algún alimento (desayuno o almuerzo), deben pasar por lo menos 5 horas para que sea digerido, en éste lapso de tiempo, no coma nada, en vez de eso, tome abundante agua.

Serie ADELANTE: El aire



El aire, esta preciosa bendición del cielo que todos podemos disfrutar, nos beneficiará con su influencia bienhechora si tan sólo se lo permitimos. Debemos darle la bienvenida al aire, cultivar un cariño por él, y nos daremos cuenta que es un bálsamo precioso para los nervios. El aire debe estar en constante circulación para mantenerse puro. La influencia del aire puro y fresco permite que la sangre circule saludablemente a través del sistema.

Para tener buena sangre, debemos respirar bien. Las inspiraciones hondas y completas de aire puro, que llenan los pulmones de oxígeno, purifican la sangre, le dan brillante coloración, y la impulsan, como corriente de vida, por todas partes del cuerpo; debemos tener buena sangre, pues la sangre es la corriente de la vida. Repara los desgastes y nutre el cuerpo. Los pulmones eliminan continuamente impurezas, y necesitan una provisión constante de aire puro. El aire impuro no proporciona la cantidad necesaria de oxígeno, y entonces la sangre pasa por el cerebro y demás órganos sin haber sido vivificada.

Muchos son víctimas de la idea errónea de que si se han resfriado deben excluir el aire exterior y aumentar la temperatura de su habitación hasta que sea excesivamente alta. El organismo puede estar descompuesto, los poros pueden estar cerrados por el material de desecho, y los órganos internos inflamados, porque la sangre se ha retirado de la superficie y se ha ido hacia ellos. En estos casos, más que en otros, no se debiera privar a los pulmones de aire puro y fresco. Si hay un momento en que el aire puro es necesario, es cuando alguna parte del organismo, como los pulmones o el estómago, se enferma. Nunca se debería privar a los enfermos de una amplia cantidad de aire fresco cuando el clima es agradable. De ahí que resulte indispensable una ventilación completa.

Vivir en lugares cerrados y mal ventilados, donde el aire está viciado, debilita el organismo entero, que se vuelve muy sensible al frío y enferma a la menor exposición al aire. El ser humano puede vivir una semana sin alimentos, unos pocos días sin tomar agua, pero tan sólo unos pocos minutos sin aire. La buena respiración calma los nervios, estimula el apetito, hace más perfecta la digestión, y produce sueño sano y reparador.

Además el aire refresca el cuerpo y promueve la buena salud. Su influencia abarca la mente y le imparte cierto grado de compostura y serenidad. El aire puro despierta el apetito, permite una digestión más completa de los alimentos, e induce un sueño más sereno y profundo.

Hoy, más y más personas están preocupadas por la calidad del aire que respiran y con razón.

Se ha demostrado que hasta las personas que no fuman y que viven en zonas de alta contaminación ambiental, sufren los mismos síntomas que los fumadores. La contaminación ambiental disminuye la cantidad de oxigeno que debería llegar a la sangre.

Si las personas viven en una ciudad con niebla toxica y la respiran en forma prolongada, generalmente están más propensas a contraer algunas enfermedades que eventualmente podría causarles la muerte. Por lo tanto, se aconseja vivir en un ambiente dónde haya bastantes árboles y vegetación, en caso contrario, es necesario hacer salidas al campo (en familia es mucho más agradable), dónde se pueda tomar el aire puro correctamente: concéntrese más en la exhalación que en la inhalación. Mientras más exhale, más inhale.

Leer en voz alta, cantar y subir escaleras ó montañas aumenta la eficiencia de los pulmones.

Practique la buena postura. Párese y siéntese derecho y erguido. Mantenga los hombros hacia atrás y hacia abajo. Cuesta acostumbrarse, pero por su salud ¡Siga ADELANTE!

Serie ADELANTE: Luz Solar


Poco se comprende acerca de los beneficios de la luz solar. El desconocimiento ha llegado a tal punto, que lo único que sabemos es que el exceso de sol produce cáncer. La luz solar es uno de los mejores agentes de curación que Dios le ha dado al hombre. “Suave es la luz y agradable ver el sol”. Eclesiastés 11:7, es la declaración de la Palabra de Dios. En nuestra sociedad vivimos aislados del sol, incluso en nuestros hogares, viviendo la mayor parte del tiempo detrás de una ventana que desvía la preciosa y curativa luz solar.

Muchos se sorprenderán de cuán beneficiosa puede ser la luz solar para la curación y prevención de enfermedades como alta presión, tuberculosis, colesterol y en la prevención y tratamiento del cáncer, con excepción de cáncer de piel ó de lupus. Sin embargo, debido a la incidencia elevada de cáncer de piel se le ha hecho una propaganda negativa. El cáncer, en parte se debe a la exposición prolongada a los rayos del sol, pero otro factor es la cantidad de grasas en la dieta. La grasa crea una base para la formación de radicales libres inestables. El ADN es muy sensible a la oxidación por los radicales libres y éstos podrían representar un papel importante en las mutaciones que preceden al desarrollo de un cáncer.

Comience a tomar baños de sol sobre el cuerpo desnudo 2 minutos por lado, cada día, vaya aumentando 1 ó 2 minutos por día hasta llegar a 15 ó 20 minutos por lado, cada día. Los enfermos especialmente, notarán cuanto bien les hace tomar estos baños de luz solar, si ellos no pueden moverse de la cama, ingénieselas para que puedan tomar estos baños. No tome estos baños de luz solar entre las 11 AM y las 3 PM, las horas más adecuadas son, entre las 6 y 8 AM y desde las 4 y 6 PM. Tenga en cuenta la privacidad para poder tomar estos baños sin ropa. Las bondades de éste tratamiento natural gratuito no se pueden sobre evaluar.

La naturaleza es la medicina de Dios. El aire puro, la alegre luz del sol, las flores y los árboles, los huertos y los cultivos, el ejercicio al aire libre, en medio de estas bellezas, favorecen la salud y la vida.
R Destruye bacterias y muchos microrganismos causantes de enfermedades.
R Aumenta la cantidad de sangre que es bombeada al cuerpo en cada contracción del corazón.
R Es un tratamiento efectivo para la ictericia (enfermedad caracterizada por la amarillez de la piel) en los niños recién nacidos.
R Ayuda a normalizar los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre. En los hipo glucémicos ayuda a elevar su nivel de glucosa y en los diabéticos a reducirlos, y esto permite rebajar las dosis de insulina diaria.
R Cantidades adecuadas de vitamina D pueden ser obtenidas mediante la exposición del rostro a la luz solar por unos pocos minutos durante el medio día.
R Aumenta el tono y la resistencia de los músculos. Las personas que hacen ejercicio bajo la luz solar, desarrollan más rápido sus músculos que quienes lo practican dentro de una casa.
R Mejora la actitud mental y produce una sensación de bienestar.
R Disminuye el estrés, actuando a través de los receptores sensoriales en la piel; ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
R Un breve baño de sol, varias veces al día, matará los gérmenes y estimulará la curación de heridas.

Si no hubiera luz solar toda la vegetación perecería, la vida animal moriría y la vida humana no podría existir.



Si desea que su hogar sea agradable y acogedor, ilumínelo con aire y sol. Ningún cuarto es adecuado para servir como dormitorio a menos que pueda abrirse de par en par cada día para dar acceso al aire y a la luz del sol.

Serie ADELANTE: El ejercicio


La mayoría de la gente se “oxida” en vez de desgastarse, debido a que no tiene por costumbre ejercitar todos sus músculos. Hoy día se requiere de muy poco ejercicio, hay taxis, busetas y vehículos para que usted no se ejercite demasiado, por lo tanto, encontramos mucha inactividad; la sociedad se ha desarrollado de tal manera, que la mayoría de las personas están envueltas en ocupaciones que no requieren de mucho esfuerzo físico.

Ahora se asocia el ejercicio con deportes, gimnasia o yoga, pero además de estas prácticas existen otras que son benéficas y no cuestan más que esfuerzo físico. El ejercicio sano y activo es necesario, a la vez que importante para la digestión, para gozar de una condición saludable y vigorizante del cuerpo y la mente.

No se debe hacer ejercicio violento inmediatamente después de una comida completa; esto sería una violación de las leyes del organismo. Pero una corta caminata después de una comida, con la cabeza erguida y los hombros hacia atrás, realizando así un ejercicio moderado, resulta de gran beneficio. El ejercicio ayuda a los porque da a los órganos digestivos un tono saludable. Si su trabajo es sedentario, principalmente mental, haga ejercicio todos los días y verá cómo se beneficia, y en cada comida consuma sólo tres o cuatro clases de alimentos sencillos. La razón por la cual muchos se quejan de enfermedad, es que dejan de hacer suficiente ejercicio, y se complacen en comer en exceso.

Los que se acostumbran a hacer ejercicio apropiado, al aire libre y en la mañana, generalmente tienen una buena y vigorosa circulación. Los pulmones tendrían una actividad bien necesaria, puesto que es imposible salir al tonificante aire de una mañana sin llenar bien los pulmones concentrándose en las bellezas de la naturaleza. Los hombres y las mujeres, jóvenes y mayores, cualquiera que sea su ocupación ó inclinación, deberían decidirse a hacer ejercicio al aire libre, tanto, como les sea posible.

El trabajo del campo, el huerto y el jardín, traerá salud y fuerza a los nervios y a los músculos. De ésta forma, la languidez y la debilidad desaparecerán, la salud tomará el lugar de la enfermedad, y la fortaleza el lugar de la debilidad.

Ya lo dice el dicho: “El que no encuentra tiempo para hacer ejercicio, encuentra tiempo para estar enfermo”. Algunas razones que hacen certero éste dicho:

ü  El ejercicio reduce el riesgo de las enfermedades del corazón porque mejora la fuerza y la eficiencia del corazón y baja la presión arterial. 
ü Mejora la fuerza de los músculos y de los huesos así como de los ligamentos, tendones y cartílagos.
ü Fortalece el sistema inmunológico. El ejercicio aumenta el número de las células blancas llamadas linfocitos, que son las que “batallan” contra la enfermedad.
ü Retrasa el envejecimiento, previene las venas varicosas, contrarresta la artritis e incluso combate la osteoporosis. 



Se recomienda hacer ejercicios 2 ó 3 veces por semana, pero diariamente no es demasiado. Si los enfermos desean recuperar la salud, no debieran descontinuar el ejercicio físico; porque así aumentarán la debilidad muscular y el decaimiento general. Véndese un brazo y deje de usarlo por unas pocas semanas, después quítele las vendas y descubrirá que es más débil que el brazo que ha estado usando moderadamente durante el mismo tiempo. La inactividad produce el mismo efecto en todo el sistema muscular, no permite que la sangre despida las impurezas como sucedería si el ejercicio indujera una circulación activa. Los músculos y las venas pueden realizar mejor su trabajo, habrá un aumento de la vitalidad, tan necesaria para la salud.


El ejercicio en el gimnasio, por bien dirigido que sea, no puede sustituir a la recreación al aire libre, donde pueda tener comunión con Dios a través de la naturaleza. Elija una hora del día que sea mejor para usted y cumpla con su compromiso como una cita de negocios. Camine lentamente unos 5 a 10 minutos para entrar en calor. Ejercite su cuerpo (brazos, piernas, cabeza y tronco), el estiramiento es importante para evitar los dolores y desgarres, luego camine unos 20 a 30 minutos con un paso enérgico, lo suficiente para aumentar el ritmo de su respiración, siga caminando lentamente por 4 ó 5 minutos. Pero recuerde que no está compitiendo, así que no se esfuerce más allá de sus posibilidades, el ideal es ejercitarse. ¡Y goce de buena salud!

Serie ADELANTE: El descanso


Es la cesación del trabajo, es tranquilizarse. El descanso es uno de los sanadores esenciales conocidos por la humanidad. Cuando usted se enferma, lo primero que hace es costarse en su cama hasta que se recupere, porque el poder restaurador del descanso es una de las claves para recuperar la salud.

Podemos descansar de varias formas: cambiar del trabajo mental al físico es un buen método de descanso para los ejecutivos y personas que laboran intelectualmente; el dormir es otro tipo de descanso, inclusive podemos incluir un baño con agua tibia para relajar los músculos agotados. Dios estableció el descanso sabiamente en nuestro cuerpo:

ü El corazón descansa después de cada latido.
ü Los pulmones descansan después de cada ciclo respiratorio.
ü El sistema nervioso descansa durante el sueño.
ü Los músculos se relajan gradualmente después de cada contracción.
ü Los órganos de los sentidos descansan completamente al cesar toda clase de actividad, es decir, en el sueño profundo.
ü El estómago requiere atención cuidadosa. No debe mantenerse en funcionamiento continuo.

Si es necesario tomar una tercera comida, debe ser liviana y debe tomarse varias horas antes de acostarse.

 Debemos darle a éste órgano tan maltratado y del cual tanto se ha abusado, algo de paz y descanso. Después que el estómago ha hecho el trabajo de una comida, no se le imponga más labor antes que haya tenido oportunidad de descansar y antes que la naturaleza haya provisto suficiente jugo gástrico para poder absorber más comida. 

Debieran transcurrir por lo menos cinco horas entre dos comidas, y debiéramos recordar que si se quiere realizar una prueba, se comprobará que dos comidas son más saludables que tres.

Cuando nos entregamos al descanso, el estómago debe haber concluido ya su tarea para que él también pueda descansar, como los demás órganos del cuerpo.

Debido a que la obra de reparar el cuerpo se efectúa durante las horas de descanso, es esencial que el sueño sea metódico y abundante. Los que siempre están ocupados, y llevan a cabo alegremente sus tareas diarias, son los más felices y más sanos. El descanso y la calma de la noche brindan a sus cuerpos cansados un sueño ininterrumpido. El sueño, el dulce restaurador de la naturaleza, revigorizará el cuerpo cansado y lo preparará para los deberes del día siguiente. Una parte vital de un estilo de vida saludable es la cantidad y calidad del sueño. Durante el sueño el cuerpo se recupera, regenera y se prepara para otro día de actividad. A continuación hay algunas ideas que pueden ayudarlo a descansar más:

Haga ejercicio vigoroso durante el día, al aire libre y a la luz del sol, esto redundará en un sueño más apacible.

Adopte una rutina nocturna; puede incluir un baño tibio, alguna lectura tranquilizante ó beba una taza de té de hierbas naturales, como hierba gatera ó lúpulo. Evite estimulantes como la televisión y conversaciones emotivas ó negativas.

No cene demasiado ni coma una cena demasiado pesada. Algo de pan, galletas o arepas, con el jugo ó zumo de alguna fruta, ó una bebida de cereales, constituye una cena liviana y de fácil digestión.

Absténgase del tabaco, nicotina (cigarrillo), cafeína (café o bebidas oscuras), teína (mate o té), teobromina (chocolate), por su carácter estimulante del sistema nervioso y el alcohol.

Tómese el tiempo para tranquilizarse y solucionar cualquier problema que le haya causado ira, resentimiento ó algún tipo de emoción fuerte.

Sea regular en las horas de dormir. Como dicen: “El que temprano se acuesta, temprano se levanta”. Las investigaciones demuestran que de acuerdo al “ritmo cardíaco” que está regulado por los rayos del sol, el sueño más profundo ocurre entre las 9 y las 12 de la noche.

Su habitación debe ser, preferiblemente, oscura y ventilada.